Keimzeit es un grupo de música de Alemania. Desde que uno de sus seguidores perdió la audición, la banda comenzó a barajar la idea de transmitir su música a las personas sordas. Hace poco, pusieron en práctica un original idea sobre el escenario: junto a ellos, actuó una intérprete de lenguaje de signos, Laura Schwengber. Los admiradores del grupo aplaudieron entusiasmados tras el concierto. Algunos de ellos aseguraron incluso que Schwengber fue la auténtica protagonista.
Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. A los responsables de los lugares donde actuaban, aquello no les hacía mucha ilusión: «Nos pusieron todo tipo de objeciones, como, por ejemplo, que una persona más sobre las tablas distraería al público y que el espectáculo se convertiría en un show solo para discapacitados», dice Schwenger. «A los organizadores les preocupaba mucho la reacción del público». Pero en realidad, no tenían de qué preocuparse.
Schewengber transmite una energía sobre el escenario impresionante. Además de cantar, baila, murmura la letra y simula tocar la guitarra, la batería y la trompeta.
«Quiero transmitir a los sordos las mismas sensaciones que tiene el resto del público», explica Schwengber. Aunque vivan la experiencia de manera distinta, el impacto sobre ellos es poderoso, porque Laura les ayuda a conectar con el sonido. El cuerpo de las personas sordas funciona como caja de resonancia y esto les permite sentir las vibraciones de la música que se escucha a gran volumen. El componente visual supone una ayuda.
Un lenguaje en evolución
Laura Schwengber posee una titulación en lenguaje de signos. Actualmente, se encuentra cursando la formación «Lengua y Cultura de la comunidad sorda» en la Universidad Humboldt, de Berlín. En Alemania hay 80.000 sordos y 16 millones de personas que padecen discapacidad auditiva, pero no fue hasta 2011 cuando el país reconó la Lengua de Signos oficialmente. «Hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en lo concerniente a las jergas y los distintos dialectos», asegura Schwengber.
Desde que debutara en 2012 con Keimzeit, su agenda está repleta. El pasado mes de noviembre, actuó con el grupo Selig y con la Orquesta Alemana de Música de Cine. En diciembre, formó parte del elenco actoral en una interpretación del cuento musical de Prokofiev Pedro y el lobo. Además, en colaboración con la Radio del Norte de Alemania (NDR, por sus siglas en alemán), ha aparecido en varios videos interpretando al lenguaje de signos canciones de estrellas de la música alemana como Xavier Naidoo y el rapero Cro. «Esto último fue complicado», confiesa Schwengber. «Normalmente, la música pop suele contener muchas imágenes, es muy visual, pero el rap tiende a narrar hechos, es más bien factual».
Una profesión en auge
Schwengber prepara meticulosamente cada concierto, estudiando las letras y la música de cada grupo. «Al día siguiente, suelo tener agujetas», dice con una sonrisa.
Los grupos estadounidenses fueron pioneros en el uso de intérpretes de lenguaje de signos y, en estos días, son parte imprescindible en los grandes festivales de música, apareciendo con grupos como los Rolling Stones y los Green Day.