Los trámites de una pareja cántabra para la adopción de un pequeño (de entre 0 a 1 año) empezaron cuando se les denegó la posibilidad de criar a un pequeño sin problemas auditivos. La justicia les permitía la adopción de un menor sordo, pero no uno sin esta discapacidad. Ellos recurrieron y la Audiencia Provincial de Cantabria acaba de confirmar en una sentencia, «que los interesados podrán adoptar a menores independientemente de si tienen discapacidad auditiva o no».
Esta sentencia es un paso muy importante para padres que se puedan encontrar en el mismo supuesto en el futuro. Por ello, la CNSE y la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Cantabria (Fescan) han visto esta decisión judicial como «satisfactoria, de sentido común». Las dos entidades indicaron que se trata de «una sentencia sin precedentes, ya que reconoce el derecho de las personas con discapacidad a formar una familia en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos«, tal y como se establece en la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.