El Servicio de Atención a las Familias, puesto en marcha por la Fundación Canaria para el Sordo (Funcasor), tiene como objetivo principal asesorar a aquellas familias que tienen entre sus miembros alguna persona con sordera.
La técnico del proyecto, Caridad Suárez, explica que la labor consiste en cubrir un amplio espectro de necesidades relacionadas con la atención a las familias, en especial, «en los casos en los que la sordera se ha diagnosticado hace poco tiempo». Proporcionando así atención, asesoramiento y orientación a las familias para que puedan afrontar «estos momentos de incertidumbre y toma de decisiones».
Apoyan a las familias pero las familias también se apoyan entre sí; los padres que ya forman parte de Funcasor ayudan a los que llegan por primera vez.
Este servicio novedoso en Gran Canaria lleva funcionando en Tenerife de manera permanente desde 2011 donde, según la técnico, «el número de beneficiarios no deja de aumentar».
Entre las múltiples necesidades que cubren están las emocionales, las afectivas y las educativas. En estas últimas, el trabajo de los técnicos resulta fundamental, «conseguimos que alcancen mejores resultados educativos» explica Caridad.
Aunque el servicio está destinado a personas de todas las edades, es importante que niños y jóvenes reciban este tipo de asesoramiento, y, como ejemplo, Caridad nos habla del lenguaje, «el lenguaje es fundamental en edades tempranas para un desarrollo cognitivo adecuado. Quieren jugar, salir e incluso hacer música», explica.