En Nueva Jersey (EEUU) Derry Coleman se ha convertido en el tercer jugador sordo en la National Football League.
Con tres años le diagnosticaron una severa pérdida auditiva. Desde entonces no ha parado de luchar para llegar hasta donde ha llegado. «El que se encuentre aquí es testimonio de su sacrificio», declaró maravillado el safety de los Broncos David Bruton, quien tendrá la asignatura de frenar a Coleman en el próximo partido de la Super Bowl. «No podría imaginarme lo que es eso».
Coleman es un jugador útil para cubrir diversas funciones para los Seahawks, un papel que asumió con entusiasmo. Se ha desempeñado como fullback y también como tailback cuando el titular se ha lesionado. Pero su gran desempeño ha sido en los equipos especiales. También le gusta definirse como «embajador de los sordos».
En un buen día, con los dos aparatos auditivos, Coleman se considera un jugador promedio, en una escala que va del cero al 10. En un mal día, con el sudor mojando los aparatos auditivos y provocando estática, se considera que es un seis.
«Lo que estoy haciendo ahora, con esta oportunidad de jugar con los Seahawks de Seattle y en el Super Bowl, es servir de ejemplo a la gente que es sorda, que ellos también pueden hacerlo».
Los antecesores de Coleman fueron los defensores Kenny Walker y Bonnie Sloan en la década de los 70.