Vía: Human Rights Watch
Al igual que otros niños, los niños sordos tienen derecho a una educación de calidad, en un lenguaje y un entorno que maximice su potencial. Con motivo de una conferencia mundial en Sydney sobre la igualdad de las personas sordas, Human Rights Watch muestra, a través de este vídeo, algunos de los obstáculos que enfrentan los niños y los jóvenes sordos, y las oportunidades que brinda aprender el lenguaje de signos.
A menudo, a los niños y jóvenes sordos se les niega la oportunidad de recibir una educación de calidad, lo que incluye el aprendizaje de la lengua de signos. A nivel mundial, existe una carencia de profesores que cuenten con una buena formación en el lenguaje de signos, y en muchos casos los padres no saben que sus hijos tienen derecho a ir a la escuela y que pueden aprender si se les brinda la oportunidad.
“El lenguaje de signos resulta esencial para que las personas sordas puedan comunicarse, expresarse y aprender”, dijo Shantha Rau Barriga, investigadora y defensora sénior de los derechos de personas con discapacidad de Human Rights Watch. “Privar a las personas sordas de la oportunidad de aprender la lengua de signos puede generar un aislamiento devastador”.
Cientos de personas sordas, sus familias, funcionarios gubernamentales y expertos en discapacidades se reunieron del 16 al 18 de octubre en Sydney para una importante conferencia organizada por la Federación Mundial de Sordos.
Human Rights Watch documentó casos de niños y jóvenes sordos en Nepal, China, y el norte de Uganda a quienes se les había negado el derecho a la educación para aprender el lenguaje de signos. Algunos de los niños y jóvenes entrevistados por Human Rights Watch, nunca habían asistido a la escuela. Con frecuencia, los profesores y los padres creen erróneamente que los niños sordos no tienen capacidad intelectual para aprender.
Un profesor sordo que aparece en el vídeo dijo a Human Rights Watch: “Nuestra discapacidad sólo afecta nuestro sentido del oído, no la mente. La mente de un niño sordo es tan buena como la de una persona que puede oír”.
El derecho de toda persona sorda a recibir educación en el lenguaje de signos está garantizado en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas. De acuerdo con este tratado, los gobiernos tienen la obligación de facilitar el aprendizaje de la lengua de signos y promover la identidad lingüística de la comunidad sorda.
En términos concretos, esto significa la contratación de profesores cualificados en la lengua nacional de signos, y la formación de profesores en todos los niveles educativos para que trabajen con los alumnos sordos. Un elemento esencial de esta estrategia es capacitar a niños y jóvenes sordos así como a los padres de familia para que contribuyan a diseñar e impartir la educación en el lenguaje de signos.
“Sin la capacidad para emplear el lenguaje de signos en su nivel más básico, las personas sordas se enfrentan a importantes barreras para su independencia”, señaló Barriga. “Las habilidades para la comunicación son fundamentales para obtener empleos y ser parte integral de la familia y la sociedad”.